REVITALIZACIÓN

La terapia celular es un método científico desarrollado en Suiza desde 1931 por el Prof. Dr. Paul Niehans para regenerar los tejidos y revitalizar el organismo.
Consiste en la aplicación de células y extractos celulares embrionarios de origen animal en el ser humano a través de inyecciones intramusculares. Estas células son similares a la de los seres humanos y por un fenómeno de órgano especifidad, se dirigen hacia los órganos o tejidos desgastados o enfermos y producen notable regeneración de los mismos. Todas las células de los órganos humanos y animales se forman de acuerdo a una misma base genética y tienen las mismas subunidades que realizan las mismas funciones.

En personas sanas se logra una revitalización del organismo y en persona con enfermedades crónicas se consigue mejoría y alivio de los síntomas de dicha enfermedad.

En 1949 surgieron las primeras inyecciones con células liofilizadas, es decir, congeladas y secadas al vacío, con las que, entre otros, fue tratado el Papa Pío XII, en el Vaticano.

Cada inyección de estas sustancias biológicas contiene millones de células que estimulan el mejor funcionamiento de los órganos específicos de los cuales provienen y el sistema inmune en general.

Los componentes celulares aplicados permiten que las células deterioradas se revitalicen mediante el poder concentrado energético de las células fetales.

A medida que pasan los años el desgaste celular es un hecho inevitable. Según cuánto cuidemos o descuidemos a nuestro organismo, ese desgaste será menor o mayor, respectivamente.

En cambio, la terapia biológica celular equivale a revitalizar. Es una verdadera revitalización celular. Todos los órganos de nuestro cuerpo pueden ser revitalizados con una terapia específica.

El principio básico de la terapia celular es la órgano-especificidad: la piel cura a la piel, el hígado cura al hígado y así será para cada órgano o tejido tratado.

En el caso de la Revitalización, estos tratamientos se pueden iniciar antes de los 35 años como prevención. A partir de los 35 a 55 años para intentar retrasar los efectos del envejecimiento. Luego de los 55 años, para restaurar funciones perdidas.

En el caso de estar frente a una enfermedad crónica pueden realizarse en cualquier etapa de la vida, buscando mejorar una función celular que se encuentra alterada.

Por supuesto puede realizarse al mismo tiempo que el paciente toma medicamentos o fármacos habituales y puede complementarse con lisados bebibles, multivitamínicos u otros suplementos biológicos.

También puede realizarse por ejemplo en enfermedades reumáticas (artrosis, artritis, etc) inyecciones locales con derivados celulares a través de micro punturas (mesoterapia) e inclusive combinarlas con otras sustancias biológicas presentes normalmente en las articulaciones como condritin sulfato o glucosamina con excelentes resultados.