Es un conjunto de modificaciones que comienzan en forma inmediata al proceso de trombosis venosa. Dichos cambios darán origen a signos y síntomas que inclusive pueden tardar meses o inclusive años en ser percibidos por el paciente como ser: edema en el miembro afectado, dolor crónico, ectasia venosa y pigmentación rojiza o marrón de la piel (Lipodermatoesclerosis).

Afecta distalmente al territorio de la trombosis venosa, o sea por debajo de donde se produjo la obstrucción venosa desencadenando hipertensión venosa con aumento de la permeabilidad capilar, infiltración de células inflamatorias -como los monocitos, mastocitos, macrófagos, neutrófilos- y la activación de las células endoteliales junto a liberación de radicales libres.

También el prurito, las ulceraciones y los cambios eczematosos de la piel son frecuentes y una proporción de pacientes desarrollarán várices prominentes y tortuosas dependiendo de la extensión de la trombosis pasada.

Tradicionalmente se consideraba que esta patología afectaba solamente a pacientes que hubieran padecido una trombosis en el sistema venoso profundo, sin embargo desde hace unos años también se incluye a numerosos casos de trombosis venosas superficiales donde si bien el cuadro clínico inicial podría ser menos florido, las complicaciones posteriores terminan siendo las mismas.

La calidad de vida estos paciente suele verse muy afectada por lo que es imprescindible además del tratamiento médico una serie de medidas que realizará el paciente diariamente que incluyan medias elásticas de compresión graduada, el cuidado de la piel, ejercicios aeróbicos de bajo impacto y de retorno venoso, mantener el peso correspondiente y venotónicos orales.